La familia al poder

Diez días sin colgar una entrada. Como penitencia, los únicos medios de comunicación que utilizaré hoy serán TVE y Radio Nacional y por supuesto, no saldré de casa. Un día sin anuncios, ¿será posible?

Mientras me preparo para este duro día sin publicidad, recuerdo que hoy es domingo, y que seguramente, algún diario publicará la campaña de la lavadora con función secado Logixx7 de Bosch.

Siempre que la veo pienso lo mismo, ¿por qué utilizan un peluche en una campaña de lavadoras? ¿Para que los niños de la casa digan ‘me lo pido, me lo pido’? ¿Para que los padres piensen ‘esa lavadora está hecha para gente como nosotros, con niños’? ¿O porque los adultos nos resistimos a abandonar la infancia y nos enternecen este tipo de imágenes? Las razones son varias, aunque prima la capacidad de convicción –y de mando- que han logrado los niños en los hogares actuales.

Los niños se han convertido en el blanco de multitud de anuncios de bienes destinados a adultos. La publicidad de monovolúmenes –el coche familiar por excelencia- es un claro ejemplo. Basta recordar dos campañas del SEAT Altea XL, «Toys» y «Oh, Brother», cuyo eslogan es sencillo y directo: «La familia al poder».

Dos spots, como digo, dirigidos a los más pequeños, aunque también han gustado a los mayores y además, han sido premiados en diferentes festivales.

Siempre se habla de la vulnerabilidad de la infancia. No se les puede presentar sufriendo, ni probando sustancias ilegales. Evidente. También se debe especificar en los anuncios de juguetes, SUS anuncios de verdad, si las piezas vienen juntas o por separado, si llevan pilas, etc.

¿No se deberían vigilar las campañas de productos utilizados por los adultos y, sin embargo, dirigidas a sus hijos? Por ahora, habrá que confiar en el buen hacer de los profesionales y esperar a que llegue la regulación. Mientras tanto, “la familia al poder”.

La creatividad empieza en uno mismo

En la anterior entrada comentaba la dificultad de encontrar trabajo en el sector publicitario y prometía que presentaría casos reales que me han llamado la atención.

Hace un par de semanas, en La Ventana de la Cadena Ser, escuché el caso de ‘Publiwoman‘, una recién licenciada en publicidad que adoptó dicho pseudónimo como parte de su estrategia para conseguir trabajo. Se anunció en una valla publicitaria disfrazada de ‘superheroína’ y añadió el siguiente texto: «Soy Raquel, publicista, con muchas ganas de trabajar. Si me quieres conocer, escríbeme, iré volando». Lo acompañaba de un correo electrónico.

Ante todo, me parece una propuesta muy valiente e innovadora, y me ha hecho gracia la estética de los cómics y sobre todo, introducir a la publicidad en la categoría de necesidad básica, al precisar de una heroína para restablecerla.

Pero, bajo mi punto de vista, la campaña falla en un aspecto muy importante. Habría sido mucho más efectivo si la hubiera enviado directamente a las empresas en las que le interese trabajar, en vez de colocarla en una valla cualquiera en la calle, porque es prácticamente imposible llegar así a su target. A no ser, claro, que la valla esté enfrente de una agencia de publicidad, cosa que dudo. Por ahora, ‘Publiwoman’ no ha tenido suerte, está en paro.

Otro ejemplo. Navegando en internet he descubierto el ‘Tele Break’, una propuesta de marketing directo. Un chico  en paro envió a una empresa de organización de eventos una bolsa con un plato, un cuchillo, algo de jamón y pan, una copa y una botella de vino. Adjuntó su currículum y esta frase: «La desventaja de no tener nada que hacer es que no puedes darte un descanso.»

Estoy totalmente de acuerdo con la frase. En cambio, el regalo no lo veo tan claro. ¿Por qué regalar jamón y vino? ¿Por qué no otra cosa? Por poner ejemplos, ¿por qué no un pen drive o un bolígrafo personalizado? Lo puedo entender como una invitación a que se lean con calma su currículum, mientras meriendan, porque si no, para mí no tiene sentido.

Diferenciarse no consiste en hacer la pelota o ‘comprar’ a tus futuros jefes, sino en impactar con coherencia y sentido. ‘Tele Break’ gustó entre los miembros de la empresa, pero tuvo que superar varias pruebas antes de conseguir el trabajo.

Por último, hablaré de Mi vida con remos, un blog creado por Dave, un chico que montó una campaña viral a través de Facebook y WordPress para entrar en la agencia Remo, donde acababa de hacer una entrevista.

Creó un personaje -Dave con Remos-, que tenía remos en lugar de brazos. Está claro que la idea impactó, porque fue el elegido. Y por supuesto, envió los enlaces a la agencia, para que pudieran seguir la evolución de Dave.

Me parece una idea brillante. Tiene sentido global y además demuestra el uso de programas de diseño, redes sociales y su capacidad de seducción, ya que consiguió gran cantidad de fans en Facebook. El fallo es el tiempo. Todos los post de su blog están hechos en cuestión de horas. Aunque seguramente tuviera que darse prisa para presentarlo antes de que decidieran a quién contratar.

Son tres ejemplos en los que se plantea la misma idea: la necesidad de diferenciarse, de destacar sobre la masa  Debes apostar fuerte, debes saber ‘venderte’, tienes que dar valor a tu ‘marca personal’ para conseguir un buen posicionamiento en el mercado laboral. Está claro, la creatividad empieza en uno mismo.

Dura competición

Por todas partes oímos que estamos atravesando una mala situación económica, que es muy difícil acceder al mundo laboral, que hay cuatro millones de parados en España y que, encima, los demandantes de empleo cada vez están más cualificados.

Se recrudece cuando, además, quieres hacerte hueco en un mercado laboral tan complicado como el publicitario. Debes competir contra rivales invisibles. No sabes a quién te enfrentas, quién opta al mismo puesto. 

Nos movemos en un ámbito profesional tan especial y específico que no basta con tu formación y con tus ganas de trabajar. Debes DESTACAR, diferenciarte, adelantarte al pelotón de personas como tú, que aspiran a formar parte de las mismas empresas, las que te permitirán desarrollar tu carrera profesional tal y como habías soñado.

Por eso, estaba segura de que me tenía que aplicar el cuento. Así que preparé un currículo diferente y lo distribuí ente una reducida lista de empresas que me atraían. Debo decir que no estoy trabajando en ninguna de ellas, pero al menos recibí respuestas alentadoras por parte de la mayoría.

Últimamente he tenido la posibilidad de ver las muestras de varios ‘competidores’, gente como yo, convencida de que su meta es la publicidad y que para llegar debes diferenciarte, destacar y no tener miedo a hacer el ridículo, porque sabrán apreciarlo. Eso sí, con una buena idea no es suficiente, debes darle forma y presentarla correctamente. De ahí este blog.

En la próxima entrada valoraré varias alternativas, los aspectos positivos y aquellos que considero deberían haber pulido. Siempre, desde la aprobación y el respeto que me merecen los compañeros que se arriesgan y se exponen a las críticas, demostrando su valentía y su tenacidad.

Nace una idea

¡Ya estoy aquí! ¿Me estabas esperando? Lo sé, lo sé, llego con retraso. Prometí ponerme a ello hace tiempo, pero a fin de cuentas, más vale tarde que nunca.

Qué modales, llevo dos líneas y todavía no me he presentado. Me llamo Isa Díaz y me apasiona la publicidad. Como te imaginarás, hay más características que me pueden definir (mi edad, de dónde soy, a qué me dedico, mis aficiones, etc.), pero Ideas Contadas va de eso, de compartir mis puntos de vista acerca de la publicidad, comentar aquellas campañas que me llamen la atención y buscar enfoques diferentes.

¿Por qué Ideas Contadas? Porque las ideas nacen para ser compartidas, para comunicarlas y que así se aprovechen, se desarrollen, se modifiquen o se olviden.

Y porque sé que no tenemos las ideas contadas y que hay que prestar atención a lo que sucede. A partir de ahora voy a transformar esas ideas en palabras.

Para todo esto necesito tu ayuda. Espero que me des la oportunidad de conocer tus opiniones, tus impresiones y que nos divirtamos y aprendamos juntos. Nos espera un largo camino por delante.

Así que si tienes alguna idea que contar, éste es tu sitio. Te doy la bienvenida, ¡entra!